Es “viernes santo” un 20 de abril de 1962 y estamos en una capilla de la Universidad de Boston en Estados Unidos. Veinte estudiantes han sido elegidos para participar de un experimento que espera comprobar las capacidades místicas de los hongos alucinógenos. Solo diez estudiantes de forma aleatoria reciben cápsulas con psilocibina (el componente psicoactivo de
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